Recuerden, que este servidor reconoce la epidemia que están confrontando nuestros niños y familias por los abusos sexuales de alegados líderes religiosos y tenemos amplia empatia con la súplica de justicia que reclama nuestro pueblo. Ahora bien, cada caso hay que analizarlo con la prudencia y respeto que nuestro ordenamiento judicial exige. Recuerden bien que no todos los que reclaman justicia son víctimas y algunas víctimas pueden resultar ser víctimas de otros. Que se juzgue cada caso por sus respectivos méritos y que Dios nos de la sabiduría a todos para erradicar este cancer social.
Alfredo Castellanos, Esq.
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